domingo, 7 de febrero de 2010

Adiós

A veces la muerte pasa tan cerca que la puedes ver pasar por delante de ti. Puedes sentir su fuerza y rabia, su seriedad y tristeza, su melancolía y pena..., muchas son las emociones que arrastra, que se materializan en lagrimas recorriendo mejillas sin cesar. Las sientes de tal manera que te aferras con fuerza a la vida, con cierto miedo a pensar en el día en el que tu propio cuerpo deje de sentir y tus músculos queden inmóviles para siempre.

Mirando a la muerte de frente, sabiendo que ese es tu último suspiro, con paz y serenidad, sabiendo que ya nada hay que hacer. Quizás ese sea el secreto de la inmortalidad, morir en paz, sabiendo que permanecerás en el recuerdo de aquellos que te quieren, y siempre con una sonrisa recordarán tu bondad. Solo es una despedida temporal, un hasta pronto.

Mientras llega ese momento, solo me queda sonreír cada día a la vida y dar gracias por ese nuevo día que me regala. Sin embargo, hoy me siento agradecido por todo lo que han dejado en mi los que ya no están a mi lado. Su recuerdo brillara siempre en mi corazón con una sonrisa eterna.

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